Había una vez una niña llamada samanta, un día la dueña se fue a visitar a su abuela ella no tenia madre ni padre mas que su abuela María samanta creía que su mamá estaba muerta pero ella estaba adentro de una caverna.
 

Un día Samanta estaba tan triste que su abuela ara hacerla sentir mejor le regalo un perro al cual le puso el nombre de Santiago era un perro muy juguetón y lindo estaba entrenado y obedecía a samanta en todo lo que le decía.

un día samanta estaba limpiando el ático de su abuela cuando encontró una carta que su mamá y su papá le había escrito a su abuela de hace unos días y entonces supo que no estaba muerta solo que estaba ausente en una investigación en las cavernas del cenote en México y se dispuso a encontrarla.

Los papas se encontraban en una caverna de  México y decían: 

extraño tanto a mi niña  

no te preocupes estará bien