¿Quieres que te cuente un cuento?

Al principio todo le iba genial, tenía un montón de amigos, siempre lo elegían el primero para jugar al baloncesto y su tamaño no le impedía hacer nada.

Pero con el paso de los años, Timón se hacía más y más grande, tan grande que apenas cabía por la puerta de la clase, pero no había problema, puesto que los profesores decidieron empezar a impartir las clases en el patio para que Timón pudiera asistir al colegio.

Pero un día, Timón se llevó una decepción enorme, porque le impidieron realizar su actividad social favorita, ir al parque de atracciones con sus amigos ¿Te lo puedes creer? ¡Debido a su tamaño no le dejaban subirse a la montaña rusa!, por lo que cabizbajo, decidió marcharse de aquel lugar.

Decepcionado, y de camino a casa, empezó a escuchar una leve voz que le hablaba muy cerca:

Timón dió un salto del susto,¡Pues tenía apoyado en su nariz a un loro!
- Oye grandullón, ¿Qué haces por Almería?, tan lejos de casa - Preguntó el loro. - ¿Te conozco? ¿Cómo que lejos de casa?
- No, y yo a tí tampoco, pero si algo sé por tu aspecto es que no eres de aquí.

- Sí soy de aquí, soy como todos, solo que algo más grande...

- ¿Algo más grande? ¿Tú te has mirado a un espejo grandullón? No eres un niño, eres un elefante

- ¿Cómo? Pero entonces si no soy de aquí, ¿De donde soy?

- Ay pequeño elefante perdido, acompáñame, creo que tenemos mucho que hablar, por cierto, no nos hemos presentado, me llamo Manuel, encantado.