Érase una vez un pequeño león llamado Leo, que vivía en la sabana con sus padres.

Aunque era valiente y fuerte, a Leo le costaba hacer amigos.

Él siempre era un poco

tímido y no sabía cómo acercarse a otros animales.

Un día, mientras jugaba en la selva con una pelota.

Se coló en un árbol.

Ay no, la pelota se quedó en el árbol.

Leo conoció a una jirafa llamada Jasmine. Ella era muy amable y se acercó a Leo con una gran sonrisa.

Leo estaba un poco nervioso al principio, pero fue valiente y habló con ella.

Hola, soy Jasmine la jirafa y tú, ¿cómo te llamas?

Soy Leo y viendo que eres una chica alta me pregunto si puedes bajar mi pelota del árbol por favor.

Y Jasmine estirando su gran cuello consiguió bajar la pelota del árbol

thank you very much for taking the ball down, you would like to play something with me?

That would make me very happy.

Y así Leo y Jasmine exploraron la jungla, jugaron a muchos juegos juntos y se divirtieron mucho. Leo descubrió que no era necesario ser el más grande ni el más fuerte para tener amigos, sino que lo importante es ser amable, cariñoso y estar dispuesto a compartir momentos especiales con los demás.