Érase una vez una familia, la abuela Adolfa, el papá Miguel, la mamá Margarita, el hijo Sergio, la pequeña Mercedes y la perrita Dolly.

Todos vivían en un pueblo llamado Nevera, en este pueblo había un montón de amigos y amigas con los que jugar.

A los más pequeños con los que más les gustaba jugar era con Alonso el bollo delicioso, Carlos la patata frita con lazos y con Teresa la gran hamburguesa.

Todos juntos jugaban en el parque con la pelota de bacon, que tenía mucha grasa.

Sin embargo, a los papás les gustaba jugar más con Yolanda la cebolla con bufanda, Ana la delgada banana, Lorena la zanahoria buena y con Martín el calabacín, y es que ellos tenían un montón de juguetes como la proteína, el potasio, el hierro, la vitamina A, la vitamina C, y muchos más...

Unos días más tarde, la mamá Margarita escuchó a sus dos hijos llorando en la habitación.

Yo estoy cansado de jugar siempre con la pelota de bacon, tiene mucha grasa y se resbala, quiero tener más juguetes... – dijo el hijo Sergio.

Me aburro de estar todo el día jugando con el bollo, con las patatas fritas y con la hamburguesa, quiero tener más amigos... – dijo la pequeña Mercedes

¿Qué os pasa hijos míos? – dijo la mamá Margarita.