Este libro está elaborado con las aportaciones de profesores del IES Augustóbriga que, en un ejercicio de añoranza, han recordado sus años como estudiantes y a aquellos profesores que marcaron su vida. en unos casos a nivel personal y, en otros, también laboral. Un recuerdo para todos ellos...
Mª del Puerto Baz Castro
Coordinadora del Proyecto CPDEX
Jara, mi maestra de 6º de EGB ...
Disciplinada, pulcra y cariñosa. Impartía sus clases de forma ordenada, y nuestros cuadernos debían estar impolutos para que pudiéramos estudiar bien.
Nunca perdía los nervios, y eso que eramos 30 chicas en el aula. Sin castigos, ni voces, ella moderaba el grupo y nos hacía sentir a gusto en ese ambiente de trabajo.
Ana (Informática)
La señorita María Eugenia, mi maestra de 4º de primaria...
Cuando pienso en los profesores que he tenido cuando era estudiante, la primera que se me viene a la cabeza es la señorita María Eugenia, mi maestra de 4º de primaria. En un colegio de monjas como el mío, en aquella época, había mucha represión y mucho castigo, la señorita María Eugenia era diferente, no sólo nos enseñaba conocimientos, sino también nos ayudaba a luchar contra nuestros fantasmas: la timidez, la inseguridad, el miedo al ridículo y al fracaso... nos animaba a creer en nosotros mismos y a perseguir nuestros sueños; yo guardo muchos recuerdos de sus clases y, hoy en día, todavía mantengo contacto con ella, a pesar de los muchos años que nos separan de aquella época. Ella es para mi, sin duda, la mejor profesora que he tenido en mi vida.
Carmen (Inglés)
Teodoro, mi profe de 3º a 5º de EGB...
Lo tengo tan claro. Voy a hablar de mi “profe”. Se llama Teodoro, así nos lo presentaron en el “cole”, pero para nosotros siempre fue y sigue siendo “el profe”. Le conocimos en 3º de EGB y nos acompañó hasta 5º. Fue un soplo de aire fresco en nuestras mentes infantiles. El “profe” nos trasmitía todo tipo de conocimientos: lengua, mates, ciencias, pero sobre todo nos hacía sentir a cada uno de nosotros especiales. Nos trataba con un amor, un afecto, una comprensión y una ternura como pocas veces en mi vida he vuelto a sentir en un aula.
Se preocupaba por nuestros logros académicos, pero sentíamos, además, que lo importante para él es que fuéramos felices, que creciéramos con una serie de valores de unidad, empatía, solidaridad y un sentimiento de grupo muy especial. Éramos los alumnos del “profe” y nos sentíamos unos privilegiados. ¡Pero si hasta nos enseñaba matemáticas cantando! Y ahí nos veías a nosotros, unos enanos de 8 o 9 años a la salida del “cole” entonando la canción: “la recta de división es la intersección de dos semiplanos”. Todavía recuerdo esa canción y han pasado ya “muuuuchos” años.
A veces los profesores que te marcan de por vida no son quizá los que más conocimientos te han trasmitido, sino los que más se han volcado en ti, en tu vida y en tus problemas, pequeños o grandes. Todo eso lo consiguió mi “profe”. Hace unas semanas, coincidí con él a la salida del instituto y le dije todo esto que hoy escribo aquí. Le dije que para mí fue y sigue siendo especial, y le di un enorme abrazo que él me devolvió con todo el amor que siempre me ha demostrado. Este es mi “profe”. Gracias por todo. Te quiero “profe”.
Eva (Francés)
Pues la verdad es que me es difícil elegir solamente un profesor, ya que tengo muy buenos recuerdos de varios profesores que he tenido en las distintas etapas de mi trayectoria como alumna. Recuerdo en especial a mi profesor de matemáticas COU, por su capacidad para transmitir los conocimientos y de crear ilusión y ganas de trabajar en una asignatura tan complicada. Valoro su paciencia, su amabilidad y su manera de hacernos reflexionar cuando no lo dábamos todo, ya que con sus consejos y recomendaciones invertía la situación.
Rosa M. (Informática)
Yo destacaría no uno, sino varios profesores que a lo largo de mi vida han dejado huella en mí. Pero si entre ellos tengo que destacar solo dos o tres, no puedo olvidarme de mi profesora de 1º de Primaria a la que siempre recuerdo con una sonrisa, una voz dulce y agradable, siempre atenta y solícita. De mi profesor de geografía de Bachillerato, que nos hizo pensar de forma crítica y nos cambió nuestra visión del mundo y de la propia disciplina, y de mi profesora de Historia, también de Bachillerato, de la que destacaría su pasión al enseñar, su tenacidad, su aliento y refuerzo positivo ante cualquier desánimo e inquietud, siempre dispuesta al diálogo, al debate y, a la vez, muy exigente por el trabajo bien hecho.
Mª Ángeles G. (Geografía e historia)
A lo largo de mi vida he recordado a varios de mis profesores porque me mostraron actitudes críticas, positivas y me transmitieron la idea del esfuerzo por conseguir un logro profesional y de dedicarme a la enseñanza. En particular recuerdo a mi profesor de historia de la época del instituto que supo transmitirnos que debíamos opinar en clase y nos facilitó hacer un debate sobre “Los Austrias” después de haber leído los libros aconsejados. Se preocupó de sus alumnos, hablando con algunos padres y nos hizo entender la enseñanza de forma distinta a la establecida en aquella época. Por todo ello, les doy las gracias a mis profesores.
María (Matemáticas)
Monsieur Louis Panebière, mi profe de literatura hispanoamericana de la Uni, en Francia...
Recuerdo especialmente a Monsieur Louis Panebière, mi profe de literatura hispanoamericana de la Uni, en Francia. Y ¿por qué él? Porque te daba las clases con amor, pasión e ilusión. Nos bebíamos sus palabras y él era capaz de que nos trasladáramos a los lugares y épocas. En sus clases el silencio tan solo se rompía con las risas y las intervenciones típicas de una clase amena en la que todos compartimos y aprendimos. Tenía un interés auténtico en sus alumnos, en sus vidas, en sus inquietudes y te miraba a los ojos con esa franqueza que lo dice todol
En el tercer año de carrera, tocaba hablar de la visión de la muerte en México y él, amante incondicional del país y de su cultura, al que además viajaba con frecuencia (daba clases también en la UNAM), hizo que esas clases perduraran en el tiempo. Una mañana salió a correr y se desplomó a sus 60 años dejándonos "huérfanos". Tuvimos que hacerle honor y encajar el golpe “a la mexicana”, lo mejor que pudimos. Le homenajeamos y plantamos un olivo en el patio, cerca de su aula.
En mi año de proyecto de tesis doctoral (el DEA en Francia), no dudé en escoger mi tema: la visión de la muerte en México a través de las obras de un autor mexicano del siglo XX. Obtuve una beca y me fui allí para mi trabajo de investigación, viviendo cada rincón, olor y color contado. Por supuesto, se lo dediqué a él. Marcamos a nuestros alumnos Gracias por dejarme plasmar ese recuerdo de aquel que me marcó en mis estudios.
Hélène (Francés)
Josefina, mi profesora de literatura en 2º de BUP...
Son muchos los profesores que me han marcado de forma positiva, tanto en el colegio como en el instituto y en la facultad. Pero siempre hay uno más especial que otro, uno que se quedó en tu corazoncito para siempre. Ella es Josefina, mi profesora de literatura en 2º de BUP.
Según entraba por la puerta, ya estaba hablando de personajes, de autores, de obras. Lo hacía con tanta pasión que era imposible no sentirse atraída por lo que explicaba; te sentías cabalgando junto al Cid en su destierro, en la mesa camilla alrededor de la cual se sentaban los poetas de la posguerra cuando iban a visitar a Vicente Aleixandre a su casa, arrastrada por las olas gigantes de los versos de Bécquer. Tengo recuerdos muy nítidos de sus clases y todos maravillosos. No era nuestra tutora, pero estaba pendiente de cómo nos iba y nos lo mostraba con su apoyo y su inteŕés. Josefina era todo vocación y pasión. Si hoy soy profesora de literatura, se lo debo en gran parte a ella.
Rosa S. (Lengua y literatura)
Hay varios profesores que traen buenos recuerdos a mi mente, pero en especial, voy a hablar de la que fue nuestra profesora de historia y arte desde 1º de BUP hasta COU. "Consoli" nos supo transmitir su pasión por estas asignaturas hasta el punto de plantearme estudiar historia del arte. Me encantaban sus clases con diapositivas, sus explicaciones, etc. Aunque nos hacía exámenes orales de cada tema y eso me ponía muy nerviosa, era otra forma diferente de expresar tus conocimientos. Hicimos trabajos/proyectos muy interesantes, como hacer de guías turísticos durante un día por las bonitas calles de Trujillo, explicando cada monumento importante que encontrábamos al paso. Eso y otras actividades del estilo nos ayudaron a aprender montón y a interesarnos por la historia y el arte.
Lorena (Inglés)
Recuerdo sobre todo a tres profesores: uno era de física y química, otro de historia y otro de matemáticas. El de matemáticas nos ofreció darnos clase de informática fuera del horario lectivo porque se iba a abrir la escuela de informática. Era una persona que siempre estaba investigando y buscando como darnos las clases aplicadas a la realidad. El de historia era don Pablo Naranjo una persona muy importante en nuestra democracia y por último el de física y química que nunca levantaba la voz para enseñarnos si nos habíamos equivocado que todo se puede solucionar, eran unas clases muy llevaderas porque sabía trasmitir muy bien los conocimientos.
Charo (Informática)
Juan Manuel Freire, mi profesor de lengua el primer año que llegué al instituto...
Seguramente yo ya nací programada para ser profesora de lengua y literatura española y eso hizo que admirara a los buenos docentes. He tenido la suerte de encontrarme con algunos que me han influido mucho en mi camino hacia esta maravillosa profesión, pero si tengo que quedarme con uno, sería con Juan Manuel Freire. Fue mi profesor de lengua el primer año que llegué al instituto. Me encantaba su forma de dar la clase, de confiar en nuestras posibilidades siempre, de acercarnos al mundo del teatro. Tanto fue así, que montamos un grupo teatral y creamos una obra con la que recorrimos muchas ciudades: El último vuelo de cóndor. Fue una verdadera suerte que lo pusieran en mi camino. Aprendía mucho de él y lo recuerdo con muchísimo cariño.
Noelia (Lengua y literatura)
Jovita, mi profesora de química en bachillerato...
A la pregunta de qué profesor marcó mi vida positivamente, mi respuesta es clara. No hay mucho que pensar: Su nombre es Jovita. Lo hizo de una manera tan positiva que marcó mi futuro profesional. Fue mi profesora de química en bachillerato. Sabía transmitir con tanta pasión su amor por la química que sus clases pasaban volando. En aquel entonces las prácticas en laboratorio no eran muy frecuentes, pero sus explicaciones me permitían imaginar cada práctica como si, en verdad, la estuviese realizado. He hablado de ella en presente, pues todavía vive y tengo contacto con ella. Además tuve la suerte de tenerla como compañera en uno de mis centros de trabajo.
Luisa (Física y química)
Regina, mi profesora de matemáticas en 2º BUP...
Fue una profesora de matemáticas la que me marcó, se llamaba Regina. Gracias a ella me decidí por el camino de las ciencias.
Mi experiencia con las matemáticas al llegar al instituto fue malísima, no entendía nada, los contenidos se convirtieron en un ovillo difícil de deshacer, me pasé ese verano estudiando la materia. Y cuando llegué a 2º BUP y esta maravillosa profesora entró en mi vida, descubrí la magia de las matemáticas, cómo se puede ir paso a paso para resolver problemas y disfrutar de ello. Si me la encontrara de nuevo, sin dudarlo la saludaría y le daría las gracias por hacerme descubrir que no estaba en mí el problema de no entender las matemáticas, que solo necesitaba a alguien que me hiciera comprenderlas y disfrutar de ellas. Muchas gracias Regina.
Laura Alicia (Biología)
Tuve un profesor en 6º de Bachillerato y COU que hizo que esos dos años fuesen un poco especiales. Era salmantino, profesor de física, de nombre Andrés (don Andrés).
D. Andrés, mi profesor de Bachillerato y COU...
Nunca, hasta entonces, había tenido yo un profesor que me enseñara con tanta pasión. Creo que en muchos momentos olvidaba que, mientras él explicaba en la pizarra, había un grupo de alumnos que le miraban sin pestañear, y en absoluto silencio. Nos contaba que, más de una vez, cuando no era capaz de solucionar un problema, soñaba con él, se levantaba sin importar qué hora fuese, y conseguía resolverlo.
Él consiguió que yo tuviera claro que me gustaba la física más que ninguna otra asignatura, y que quería ser física y parecerme a él. Luego se me pasó, pero siempre recordaré a D. Andrés con una gran admiración, como un profesor superespecial.
Mercedes (Matemáticas)
D. Carlos Agnasan, mi profesor de la facultad en las asignaturas de Anatomía y Fisiología...
Profesor muy duro, pero del que recibí una formación excelente. Se preocupó de que nuestra experiencia en su asignatura fuese completa. Su control de la materia, su humor irónico, memoria prodigiosa que hacía que después de las tres primeras clases se supiera nombres y apellidos de todos sus nuevos alumnos. Me inculcó la pasión por el cuerpo humano, por la ciencia, en general.
Nunca he pasado tanto miedo como en sus exámenes, y en sus prácticas de huesos, de disección, etc. En la actualidad nos reunimos una vez al año en la facultad con él.
Julio (Educación física)
D. José Palacios, mi profesor de “Maestría (especialidad) de Salvamento acuático” en la facultad...
Para mí es el ejemplo claro de la figura de “líder” y no de “jefe”. Realizaba todas las sesiones con nosotros. Eran clases muy duras de tres y cuatro horas en el mar Cantábrico, en pleno invierno, y él iba siempre el primero, siempre demostrando. Era capaz de motivar a cualquier alumno. Aún sigo trabajando en muchos proyectos con él. Es la persona que me inculcó la vocación o la obsesión de ayudar a la gente, de rescatar, de socorrer. En la actualidad es amigo, y sigue siendo “líder”.
Julio (Educación física)
Doña Santa, mi maestra de francés...
A lo largo de mi vida académica ha habido, afortunadamente, muchos maestros y profesores que me han dejado huella. De entre ellos destacaría a quien cuya inspiración hizo de mí lo que soy hoy: doña Santa, mi maestra de francés. Ella supo despertar mi vocación y, 40 años después, sigue presente en mi día a día como ejemplo de buen saber hacer y transmitir.
Milagros (Francés)
Don Ricardo fue mi maestro en 4º y 5º de EGB en el pueblo en el que nací y me crié. El don no le daba seriedad, sí respeto, que es lo que se llevaba entonces. Era amable, cariñoso y muy buen maestro, con todo lo que esta palabra (y la gente empeñada en cambiarla por "profesor") significa.
Don Ricardo, mi maestro en 4º y 5º de EGB...
Con él aprendí a amar la escuela y todas las asignaturas que en ella había; entre ellas recuerdo especialmente la lengua bien hablada y escrita y las matemáticas con sus problemas bien razonados, como debe ser; quizás mi amor por éstas se fraguó ahí, sorprendiéndome de cómo los razonamientos nos llevan a resultados también sorprendentes. También hizo de padre muchas veces, el cariño era mutuo. Lo recuerdo sobre todo con respeto y ternura.
Ya de adolescente me enteré de que había fallecido y me dio muchísima pena; este es mi humilde homenaje. GRACIAS.
Eugenia (Matemáticas)
Concha, mi profesora de química en COU...
Aunque no recuerdo casi nada de química (una pena), sí que recuerdo sus clases apasionadas. Concha era seria en su trabajo pero a la vez divertida, las clases se pasaban volando, conseguía mantenernos concentrados y hacía fácil lo no tan fácil. Aprendí muchísimo de la asignatura, pero lo que más recuerdo es cómo nos transmitía la química con energía y pasión. Consiguió que químicas fuese mi segunda opción a la hora de elegir carrera. Finalmente no pudo ser (matemáticas estaba en mi mente desde antes, difícil rival). Desde que soy profesora he recordado a Concha alguna que otra vez, preguntándome si seré capaz de mantener la pasión, que siempre he creído tener por mi profesión y mi asignatura, como ella reflejaba en cada clase. GRACIAS.
Eugenia (Matemáticas)
Pepe Calzado, mi maestro...
Me enseñó el trabajo apasionado y entregado, a ser meticulosa y perfeccionista, a no perder el sentido del humor y de la música, a pasar de tener un oído musical pésimo a acabar marcando el ritmo tocando el bajo en un grupo. El trabajo unido a una buena actitud era la clave del éxito. A no tirar la toalla y creer que se puede.
Juani (Economía)
Todo el mundo ha tenido durante su formación académica profesores de los que guardas un buen recuerdo y que, en nuestra profesión, incluso hemos querido imitar en ocasiones. En mi caso también es así. En primaria (por entonces EGB), no tuve mucha suerte, pues casi todos mis profes seguían anclados en la escuela tradicional y su metodología se basaba solo en repetir contenidos para aprenderlos de memoria. Excepto Guadalupe, que nos enseñó a leer a través de un método que incluía aprender el abecedario con gestos que aún recuerdo perfectamente. Todos los de la clase sabíamos comunicarnos sin hablar, nos encantaba poder hacerlo, y que nadie se enterase de qué estábamos diciendo.
Guadalupe, Raúl y Rosa, mis profes...
Ya en el instituto recuerdo a Raúl, profe de lengua, que se ponía de pie para hablar de Pérez Galdós e hizo que la literatura que había que leer por obligación me enganchara; Nacho, que hizo que la Historia de la Filosofía fuera una de mis materias favoritas; y por último Rosa, que en cierta manera marcó mi vida, puesto que hizo que cambiara de opinión y pasara de estar interesada en la carrera de Periodismo a hacer la licenciatura en Historia del Arte y probablemente que luego quisiera dedicarme a la docencia. Aún tengo contacto con ella y además fuimos compañeras de departamento durante un tiempo, cosa que nos emociono mucho a las dos.
Toni (Geografía e historia)
Mi profesor favorito en el colegio, don Diego...
Me resulta difícil resumir mi admiración y cariño por él en pocas líneas. Nos dio Historia en 6º,7º y 8º de EGB. Era especial su destreza a la hora de transmitir los conocimientos sobre la asignatura, y su entusiasmo. Nunca parecía cansado de su profesión, cuyo interés con los años puede decaer con una posible e inevitable pérdida de idealismo.
Sabía tratar a los alumnos que no compartían su entusiasmo con cariño. Era serio, porque también sabía imponerse en clase cuando la situación lo requería, pero a la vez cercano y conversador, y un gran melómano. Su interés por los alumnos y la música era tal, que nos sugirió crear un grupo musical para recibir clases de guitarra por su parte de manera gratuita una vez a la semana, y salimos de rondalla algunas veces para cantar nuestras canciones ensayadas. Su familia y el fútbol fueron sus otras dos importantes pasiones para él.
Lali (Inglés)
Salvador Broseta, mi profesor de Historia de España en la facultad...
Tengo muy buenos recuerdos sobre la manera de hacer amena la clase, siempre se nos pasaba el tiempo volando.
Me gustaba mucho su cercanía y la manera de transmitir su conocimiento. Además, en clase incluía el visionado de películas, muy relacionadas con el tema a estudiar y fue de los pocos profesores que nos dieron un bagaje muy completo de la asignatura que estudiábamos.
Hacía que la materia nos gustara mucho, esa premisa era una garantía de éxito de cara a la calificación final.
Sara (Geografía e historia)
Alfonso, mi profesor de filosofía...
Durante mis años como estudiante han sido varios profesores los que me han marcado como persona, pero en esta ocasión me gustaría hablar de Alfonso mi profesor de filosofía, que no sólo nos enseñó las ideas de los grandes pensadores de la historia, sino también a pensar por nosotros mismos. Recuerdo especialmente nuestras clases de debate sobre las grandes verdades sobre el universo y como en una de ellas nos convenció a todos de que el hecho de que no hubiésemos visto nunca un cuervo blanco no significaba que no existiera. Consiguió convencernos de que todas las opiniones son válidas y que el respeto por todas ellas es la clave para que las sociedades funcionen.
Ana (Inglés)
Tengo que reconocer que me ha costado un poco elaborar esta reflexión y no porque tenga malos recuerdos de mis profesores, sino porque no recuerdo ninguno que me haya dejado una huella especial. De todos modos, siempre hay unas vivencias académicas más gratificantes que otras. La profe de 6º de E.G.B. nos transmitía la importancia de las matemáticas haciéndonos sentir protagonistas en la resolución de los problemas, cuyos enunciados expresaban situaciones significativas y de interés para nosotros y nuestro entorno, lo que nos hacía estar más motivados.
Las clases con la profesora de filosofía de 3º de B.U.P. que provocaba nuestra reflexión en aquellos temas más vinculados a nuestras inquietudes existenciales de adolescentes. La profesora de literatura de C.O.U. que estimulaba nuestro pensamiento crítico a través del análisis y comentario de diferentes obras y su posterior puesta en común en el aula, generando un aporte colectivo de ideas.
Marisol (Filosofía)
Gonzalo Barrientos, mi profesor de Geografía de España en 3º en la Universidad de Extremadura
A lo largo de mi vida he tenido muchos y muy buenos profesores, por eso me resulta difícil destacar a uno por encima de los demás.
Aunque para la mayoría de las personas los profesores que dejaron una huella más profunda fueron aquellos que tuvieron en la infancia, en mi caso, tengo que irme hasta la época universitaria para encontrar a la persona que más influyó en mí, hasta tal punto que, a lo largo de mis años como docente, siempre lo he tenido como referencia y modelo a seguir.
Gonzalo Barrientos me dio clase de Geografía de España en 3º en la Universidad de Extremadura. Sus clases, aparentemente monótonas, estaban llenas de humanidad, cariño, sabiduría... Gonzalo, con su saber estar, su amplio bagaje cultural, sus profundos conocimientos geográficos, en lugar de representar a un laureado profesor universitario, que los era, siempre fue para mí un "maestro" en el antiguo sentido de la palabra, alguien que te ayuda y está a tu lado en ese camino difícil que siempre es el proceso de aprender-madurar. Por todo ello, quiero aprovechar esta ocasión para decir algo que probablemente no supe expresar en su momento: gracias Gonzalo.
Jose (Geografía e historia)
Mi profesora de “Arte” en Bachillerato...
Me he parado a reflexionar sobre este tema, y he llegado a la conclusión, que dicha profesora, me ha marcado mucho a lo largo de mi vida por diversos motivos: sus explicaciones prácticas, su amenidad, su lenguaje llano sin florituras, por ir directamente al “grano”, sin olvidar que combinaba mucho lo anecdótico, y personalizaba sus explicaciones relacionándolas con sus vivencias de viajes.
Tampoco podré olvidar su colección tan maravillosa de diapositivas y su antiguo proyector, así como las continuas visitas al Museo del Prado, y sus exámenes a “pie de cuadro”, utilizando para ello “nuestros sábados”. En definitiva, ha sido un placer tenerla como profesora. La recuerdo en bastantes ocasiones, quizás por todo lo que me han servido los conocimientos adquiridos a través de ella. Por todo ello, le doy las gracias.
¡LA RECORDARÉ SIEMPRE!
NOTA: los lunes, solía tener muy mal humor.
Pura (Biología)
Paco, mi profesor de música en el IESO "Quercus" de Malpartida de Plasencia...
Aún guardo muy buenos recuerdos de Paco, mi profesor de música en la Eso en el IESO "Quercus" de Malpartida de Plasencia. Él fue quien nos despertó el interés por la música. Disfrutaba tanto enseñando y le ponía tanto entusiasmo a su asignatura que hacía que asistiéramos a sus clases tan motivados. Todavía recuerdo cómo se involucraba con nosotros en las actividades, ofreciéndose a que fuéramos a tocar instrumentos en los recreos al aula de música. Incluso para aquellos alumn@s que querían subir nota en la asignatura, nos dio la posibilidad de hacer una representación musical. En mi caso, junto a varios compañer@s, hicimos una representación de Eurovisión.
Mónica (Inglés)
De mi época de instituto recuerdo a varios profesores con mucho cariño. La forma de enseñar de esos profesores tenía un denominador común: nos transmitían sus muchos conocimientos con entusiasmo, a la vez que nos daban autonomía para explorar por nosotros mismos.
Mónica, mi profesora de geografía e historia...
De todos ellos la que más me marcó fue una profesora de geografía e historia, Mónica. Lo que más me gustaba de ella era la capacidad de trabajo que tenía, la energía que transmitía, las ganas de enseñar y aprender, y la organización que llevaba de todo ello. Nos proponía retos continuamente, siempre estaba innovando, probando cosas nuevas para engancharnos a las clases. Tuve la suerte de tenerla como profesora varios años, y, aunque salías exhausta de sus clases (no teníamos ni un momento de respiro), salías con la satisfacción de haber aprendido algo interesante.
Beatriz (Inglés)
Han pasado muchos años, sin embargo recuerdo perfectamente a los maestros que tuve en 3º y 4º de E.G.B. del colegio de Malpartida de Plasencia "Fray Alonso Fernández".
Don Antonio Maillo y don Emilio, mis profesores...
Don Antonio Maillo y don Emilio, ambos hicieron que amara esta profesión. Ellos eran buenos en la transmisión de conocimientos, pero sobre todo, eran maestros vocacionales: se preocupaban de nosotros no solo a nivel académico (recuerdo que una tarde tenía examen de mecanografía y D. Antonio me llevó desde Malpartida a la finca donde vivía), conocían a nuestras familias, pasaban horas y horas con nosotros, en fin, formaban parte de nuestras vidas y han dejado en mí una huella imborrable. "De los profesores se nos olvida todo, todo menos su forma de ser y de tratarnos". Soy profe espero algún día ser MAESTRO, como han sido ellos para mi.
Óscar (Religión)
A todos ellos…
Si tuviera que hablar de un profesor o profesora que haya influido en mí, no sabría a quién dedicar estas palabras. ¡Podrían ser tantos!
Podría hablar de don Manolo, mi querido profesor de cuarto de EGB. Un hombre serio pero cuyas clases no resultaban aburridas, ni eternas. Esperábamos, ansiosos, las tardes de los viernes, porque eran especiales. Los viernes leíamos un rato La Biblia y hacíamos concursos de ortografía, matemáticas… y como premio, unos exquisitos caramelos de piñones, desde entonces mis preferidos.
Podría hablar de doña Ana, siempre en su papel de maestra de pueblo, con esos aires de “superioridad” que yo, entonces, creía normal ¡era la maestra!. Pero que ahora recuerdo con una sonrisa en la cara y pensando ¡cómo han cambiado las cosas!
Podría hablar de don José, el profesor de Lengua que me prestó un libro de Julio Verne para hacer un simple resumen, pero que en realidad me abrió la puerta a la lectura e hizo despertar en mí el deseo de conocer otras historias, otros personajes, otros mundos que se alejaban mucho de mi prosaica realidad.
Podría hablar de don Nicolás, el profesor de matemáticas que nos permitía llamarlo de tú, aunque solo unos cuantos, los más “modernos”, se atrevieron a tal osadía. Entusiasta de su trabajo y que hacía fácil lo que a mí me parecía tan complicado.
Podría hablar de mi profesor de literatura de COU, de cuyo nombre no puedo acordame. Un profesor amable y paciente, que sabía transmitir todo lo que textos encierran más allá de las palabras. “Yo quiero hacer esto”, pensé entonces.
Podría hablar de otros muchos profesores, del instituto y de la Universidad, que han dejado en mí una profunda huella. Pero no hablaré de ninguno en particular, porque de todos ellos recibí la mejor de las enseñanzas, que con esfuerzo y confianza se puede llegar a ser lo que un día, siendo niños, imaginamos que seríamos.
A todos ellos… GRACIAS
Laura Apolonia (Lengua y literatura)
Una profesora que me marcó fue Laura, profesora de lengua y literatura de COU ( allá por el 2001, cómo pasa el tiempo!). Fue la sustituta de la titular durante casi todo el curso.
Lo que más me marcó fue su juventud. Recién salida de la universidad, con apenas 24 años. Nos sacaba 6!!
Y eso fue lo que más me llamó la atención y más me motivó para cuando terminé la carrera y poder dedicarme a esto. Hay que tener en cuenta que la juventud del claustro del Instituto Gabriel y Galán de Plasencia brillaba por su ausencia.
Laura, mi profesora de lengua y literatura...
Me sorprendió mucho lo bien que lo hacía, lo bien que explicaba y todo sin tener ninguna experiencia, porque era su primer destino.
Así que siempre tuve a Laura como referente de si se quiere se puede. Y que la juventud no es ningún impedimento.
Siempre tuve la esperanza de que a mí me pasará lo mismo. Aunque cuando me tocó a mí la congelación en sustituciones y la escasez de plazas me hiciera que mi destino tomara otros derroteros. Pero bueno, siempre me acuerdo de ella y la pongo como ejemplo.
Beatriz (Geografía e historia)
Corrían los años 70 en mi pueblo, cuando aún eran las calles de tierra y los animales domésticos de los vecinos se paseaban por las mismas. En aquella época teníamos colegio por la mañana y por la tarde.
Don Andrés, mi profesor...
En el camino de casa al colegio me encantaba, ver a dichos animales, pero más aún cuando llegaba al colegio por las tardes a la asignatura de educación plástica y manualidades, en las cual nos recibía Don Andrés, con una gran sonrisa y nos explicaba con hacer proyectos tecnológicos, con los conocimientos técnicos estudiados, para hacer casas para los animales domésticos que más nos gustaban.
En esos momentos fue cuando se despertó mi interés por los conocimientos tecnológico, por saber cómo funcionaban las cosas y por construir las mismas, pero siempre teniendo presente lo que me decía mi padre, “No te rompas las cabeza y móntalo pieza por pieza y lo pones y lo quitas y haces cosas muy bonitas”.
Fidel (Tecnología)
El mejor profesor que recuerdo fue durante mis estudios de la licenciatura de Psicopedagogía en la universidad de Salamanca. Este impartía la asignatura de psicología de la personalidad y se llamaba Ricardo.
Mi profesor de Psicopedagogía...
Me pareció un excelente profesor porque reunía cualidades que me parecen imprescindibles tener si se trabaja en la docencia, como lo son: innovador, motivador, gran dominio de las nuevas tecnologías (puesto que las integraba en todas sus clases), orden en los contenidos, apuntes personalizados, siempre explicaba los contenidos con ejemplos de la vida real, cada clase era inesperada y muy atractiva, era riguroso, estricto pero a la vez muy extrovertido, gracioso y nos transmitía la pasión que sentía por su asignatura.
Estela (Magisterio)
Profesor que me ha marcado positivamente: mi profesor de matemáticas de 3º de BUP. Era un buen profesor, gran conocedor de su materia que sabía transmitir con maestría a sus alumnos. Sus clases no eran para nada largas, tediosas o aburridas. Les imprimía un ritmo ágil y dinámico y presentaba la asignatura accesible para todos, eso sí, sin engaños: es imprescindible tener VOLUNTAD para el trabajo y no escatimar el ESFUERZO necesario para realizarlo.
Mi profesor de matemáticas de 3º BUP...
Era un profesor cercano y accesible en el trato y mostraba gran habilidad en mantener las distancias debidas entre profesor y alumno, sin dar lugar a la confusión con la confianza mal entendida. Sabía reir una broma y festejar una buena ocurrencia. No era amigo de echar "sermones" ni "charlas". Era más bien de predicar con el ejemplo y cumplir con lo que se dice. Un profesor que iba al grano, a lo verdaderamente importante, eliminando lo superfluo y banal. Se le veía disfrutar con su trabajo, satisfecho. Reconocido por todos, supo ganarse el respeto de compañeros, padres y alumnos. Y pensé... "Yo de mayor quiero ser como él" .
Pilar Raquel (Matématicas)
Si me paro a recordar a los profesores con los que coincidí en mi infancia y adolescencia, más que por lo que me enseñaron, recuerdo su trato hacia mi y la forma de impartir las clases. Concretamente en mi época en el instituto Jaranda de Jarandilla de la Vera, coincidí con una joven profesora de inglés llamada Sacramento, Sacra como le gustaba que le llamáramos, que recuerdo porque llegaba cada día con muchas ganas de trabajar y nos motivaba, entre otras cosas, diciéndonos que el inglés sería muy importante en nuestra futura vida laboral. Aspecto que nunca le agradecí porque como estudiante no era capaz de apreciar.
Sacra, mi profesora de inglés...
Ahora que yo también soy profesor, le agradezco la paciencia que tuvo conmigo y que, en cierta medida, me inculcara su espíritu motivador, esfuerzo que hoy si entiendo y valoro porque es parte de mi trabajo.
Casualidades de la vida, este curso ambos nos encontramos en el mismo instituto y a pesar de no haber coincidido todavía, tendré la posibilidad de agradecerle en persona su trabajo, ya que para mí es lo mejor que puede hacer un alumno con su profesor.
José Antonio (Economía)
Carmen, mi profesora de lengua y literatura, y Carmen, mi profesora de historia...
Recuerdo a dos profesoras durante mis estudios de BUP en el actual IÉS Augustóbirga, que antes se llamaba Instituto de Bachillerato Mixto de Navalmoral de la Mata.
Las recuerdo por lo mucho que aprendí con ellas. Aprendí muchísimo y sus enseñanzas sentaron las bases de mis conocimientos en mis materias favoritas.: Literatura e Historia.
La primera se llamaba Carmen Corsino, sólo estuvo un curso aquí y yo cursaba 2º de BUP y su especialidad era Literatura Española. Había terminado la carrera hacía poco tiempo, pero tenía un dominio absoluto de los conocimientos que tenía que impartir. Además era guapa y vestía bien, por lo tanto por su saber y su agradable físico tal vez se convirtió en un referente para mí.
La otra gran profesora que tuve aquí fue una profesora de Historia de España, llamada Carmen Rodríguez, a la que mi grupo de amigas y yo apreciábamos muchísimo por las magníficas clases que nos impartió en 3º de BUP. Sin llevar ni siquiera una mínima anotación nos desentrañó todos los avatares políticos y sociales de España, ¡lo tenía todo en su cabeza! Y por añadidura nos enseñó un montón de Historia del Arte. ¡Cómo la admiraba!, siempre he deseado que mis clases se parecieran aunque solo fuese un poquito a las de ella
Pero sobre todo quiero destacar de ellas su saber estar y su amabilidad.
Estén donde estén, desde aquí quiero darles las gracias.
Marián (Ingles)
Gracias por vuestra colaboración...
IMÁGENES: Pixabay
Este libro está elaborado con las aportaciones de profesores del IES Augustóbriga que, en un ejercicio de añoranza, han recordado sus años como estudiantes y a aquellos profesores que marcaron su vida. en unos casos a nivel personal y, en otros, también laboral. Un recuerdo para todos ellos...
Mª del Puerto Baz Castro
Coordinadora del Proyecto CPDEX
Jara, mi maestra de 6º de EGB ...
Disciplinada, pulcra y cariñosa. Impartía sus clases de forma ordenada, y nuestros cuadernos debían estar impolutos para que pudiéramos estudiar bien.
Nunca perdía los nervios, y eso que eramos 30 chicas en el aula. Sin castigos, ni voces, ella moderaba el grupo y nos hacía sentir a gusto en ese ambiente de trabajo.
Ana (Informática)
La señorita María Eugenia, mi maestra de 4º de primaria...